El monstruo ataca a Seiya y trata de comérselo pero, como no puede, lo escupe. El Espectro de la Segunda Prisión, Pharaoh de Esfinge, aparece y se ríe de Cerbero (el monstruo de tres cabezas) y dice que no puede comerse a Seiya porque él no está muerto. Cerbero es el perro guardián del Infierno, él se come a aquellos que fueron avariciosos en vida.
Cerbero ataca otra vez a Seiya y a Shun, pero ambos logran vencerlo. Pharaoh toma su arpa y se prepara para tocar, de repente un Caballero aparece y le dice a Pharaoh que él será el oponente de los Caballeros de Bronce. Este hombre es Orfeo de Lira. Seiya y Shun se preguntan si él es el legendario Caballero que se decía era más poderoso que los Caballeros Dorados a pesar de ser un Caballero de Plata... Él desapareció hace muchos años y todos pensaron que estaba muerto.
Pharaoh les explica que Orfeo no está muerto. Él vino vivo al Mundo de Hades y se volvió su aliado. Seiya intenta avisarle a Orfeo de la presencia de Atenea en el Infierno, pero es interrumpido por Pharaoh, quien les dice que es hora de que sufran su maldición.
Pharaoh usa su arpa, ejecuta su poder Balanza de la Maldición y Seiya y Shun empiezan a perder el control de sus cuerpos, a pesar de protegerse por la cadena de Andrómeda.
Seiya ataca con su Golpe Meteoro de Pegaso, pero Pharaoh detiene todos los meteoros con su arpa... cuando de pronto la armadura de Seiya se rompe del pecho y sale su corazón.
Pharaoh les explica que el corazón de Seiya será pesado en la Balanza Sagrada, si no pesa lo mismo que una pluma (la cual es el símbolo de la verdad), su cuerpo y alma serán destruidos, Orfeo toca un coro y el corazón de Seiya vuelve a su pecho y la armadura también es reparada. Orfeo sigue tocando y ataca con su poder Réquiem de Cuerdas. Seiya y Shun caen vencidos y Orfeo le recuerda a Pharaoh que él sería su oponente, Orfeo se lleva a cuestas a Seiya y Shun a otro sitio. Orfeo se acerca a una mujer dormida llamada Eurídice. El cuerpo de esta mujer está convertido en piedra y Orfeo se disculpa por haberla dejado sola. Orfeo comienza a tocar una bella melodía con su lira, Seiya y Shun se despiertan y conocen a la bella Eurídice, quien les implora que ayuden a Orfeo, que lo salven.
Mientras vivieron en la Tierra, Orfeo y Eurídice estaban muy enamorados, pero el destino los separó cuando una serpiente venenosa mordió una pierna de Eurídice y ella murió. Orfeo decidió ir al Mundo de Hades y le suplicó al Rey Hades para que el alma de Eurídice fuera devuelta a la Tierra. La bella pero triste melodía de la lira de Orfeo conmovió incluso al corazón de Hades, quien le dijo que le devolvería a Eurídice con tal de no escuchar su bella lira, pero no debían de voltear hasta que llegaran a la Tierra.
Pandora decidió que una persona que puede conmover a Hades podría ser útil, así que le informó a Pharaoh que Orfeo y Eurídice no debían de volver a la Tierra y que la Segunda Prisión que él cuidaba serviría. Orfeo y Eurydice siguieron caminando hasta que él vio una luz y volteó para decirle a Eurídice que ya habían salido, pero Eurídice se había convertido en mitad piedra. Así que Orfeo se quedó ahí y sigue tocándole bellas melodías con su lira.
Eurídice le pide a Seiya y Shun que se lleven a Orfeo a la Tierra, mientras que Seiya y Shun se preguntan qué fue lo que vio Orfeo que confundió con la luz de la superficie. En ese momento Orfeo regresa con flores para Eurídice y les pregunta por qué no escaparon y les dice que mejor será que se vayan.
Seiya le cuenta que Atenea se dirige sola con Hades y, si lo enfrenta desprotegida, seguramente morirá, por lo que deben de entregarle su armadura de Atenea. Si Atenea muere, no quedará nadie que pueda matar a Hades y la Tierra se volverá como el Infierno.
Orfeo se niega a creer eso y Seiya le dice a Shun que es inútil, pues Orfeo ya no es un Caballero y que no tienen tiempo para convencer a un traidor. Entonces aparece una luz en el cielo... una luz que Orfeo reconoce, y la armadura de Atenea salta de las manos de Seiya y alguien la atrapa.
Esta persona es Pharaoh. Seiya y Shun corren para recuperar el ropaje de Atenea y Pharaoh les advierte que no son rivales para él. Pharaoh le pregunta a Orfeo por qué no ha matado a estos Caballeros de Bronce, a lo que Orfeo le pregunta si él es responsable de la luz que vio junto con Eurídice cuando salían del Mundo de Hades, Pharaoh le da a entender que sí.
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